LA ROSA

Fotografia de Castellano Maria Fernanda.
Y se abrieron los portales.
Un eco tuvo miedo y traicionó
Al silencio.
A cada lado se dejo escapar
Retumbando una y otra vez,
Y fueron ellos,
Los reptiles que mudaron su piel
Para quedar dormidos.
Bonjour madame
Fue su voz blanca
Su negra mirada
Su pollera de lana
Mientras se convertía en rosa
¡He visto en mis sueños
Muertos los campos de rosales
Negros se visten los acantilados,
Festeja el mar con su bramido!
Y el ave que desde este cielo
Solo quiere rozar con su sombra
Para seguir su transito.
Se niega a anidar en estas sepulturas.
Solo sombras en las sombras.
Las vides
Ellas, las hijas de dios
Han cerrado sus fauces
Y se retuercen en sus leños.
No existe animal que pretenda vida
Ni vida que se ose de prender esta existencia.
¿Donde habita tanto dolor?
Abro mis ventanas
Y la brisa me llega
Con sus sabores a mar
Con sus mentas y azules
Con sus salados murmullos
Y como si nada me saludan
Las gaviotas, disfrazadas de carteros.
Debe haber sido un sueño,
Un simple sueño,
Cuando quede dormida.
Bonjour madame...
Escucho su voz
En el eco de los acantilados
Suena en la roca
Su bronca de niña
Su paso firme de mujer
Que reclama.
Su pollera de lana
Que le tapa las rodillas
Y tímidamente se vuelve rosa.
Hay una pureza irreverente
En la estrella de sus pupilas
Solo la miro en su reclamo.
Las vides, los rosales, los pájaros.
Llega la noche
Y sirvo mi café sobre la mesa
Unos papeles se inquietan,
Como a diario
Cada vez que los rozo.
Y espero que acontezca serena
La luna, para mirarla.
Y como si fuera su hermana
Surge ella.
Blanca, renegrida sus pupilas
De noches y estrellas.
Y es tal el espanto en el que la pretendo
Que solo surge de mi boca decir
Vete espectro ¡
Nada tengo para ti y tus sueños.
Yo solo pretendía la noche. La luna,
El sosiego del mar.
La brisa que en murmullos canta.
Pero para ti que eres la rosa,
La que a la pureza reclama.
Nada tiene esta mujer
Nada para tu justa calma.
Y asi me voy
Llevándome mis puertas y mis ventanas.
Como se marchan los débiles.
Dejando a la rosa
Alejando su mirada.
Cuanto más camino junto a los cobardes
Se va amargando esta tierra del alma.
Y soy todos los rosales muertos y todas
Las bocas hambrientas del mar,
Y soy el cielo que destella en tempestades
Soy la sombra del pájaro que no anida
Soy la vida que no pretende existencia.
Y ella siempre tan rosa.
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